La definición de currículo ha cambiado a través de las clases. Hoy podemos decir que es un cuerpo organizado de conocimientos, estudia y crea teorías que procuran representar la realidad, que no se limitan sólo a explicarla, también son constructoras de la realidad. En la actualidad se podrían agrupar las teorías curriculares en metateorías que integran diversos enfoques. Es por esto que se han analizados (Can 1990; Gruñid 1991; Kemmis 1993) estas complejas relaciones entre teorías y practica en la enseñanza y han caracterizado al respecto tres posibles enfoque: técnico, practico y critico.
En el técnico o academicista: pone fuerte énfasis en las teorías o principios científicos sobre la enseñanza, el currículo y el aprendizaje. El rol que cumple el docente es de un seleccionador de técnicas y medios disponibles para el alcanzar los objetivos previstos. La evaluación se basa en como el producto escolar se ajusta a las prescripciones.
En el enfoque práctico o conductista: es la contra posición con la mirada técnica. Aquí el docente no deriva de la aplicación de principios teóricos, mide las destrezas en el uso de técnicas, sino que implica la búsqueda de fines esencialmente morales. Su interés va dirigido a la comprensión de las situaciones humanas. La evaluación es la forma en que va analizándose en el proceso de enseñanza.
“Un joven que no ha traído su tarea hecha, puede ser juzgado en la propuesta técnica desde los objetivos que no se han cumplido, pero la misma situación puede ser analizada desde la propuesta practica a partir de la interpretación de la situación que involucra al joven y luego de la correspondiente deliberación emitir el juicio que se encamine al bien de los participantes” (Pruzzo 1999)
El enfoque socio-critico: comparte con la propuesta práctica, la necesidad de que el docente se someta sus valores y objetivos educacionales a una reflexión autocrítica. Sin embargo percibe que esa misma deliberación puede estar distorsionada por representaciones sociales de “sentido común” e incluso impedida por las propias institucionales.
Al definir estos tres enfoques me doy cuenta cual va hacer mi futuro rol en la sala de clases. Es por esto que mi inclinación es por el enfoque práctico ya que me llamo mucho la atención el vinculo que existe con el alumno y como uno debe adecuarse a las necesidades que presentan este (entorno social, etc.). Por ejemplo: no va hacer lo mismo enseñarle aun alumno desayunado, que presenta ningún problema monetario ni familiar, a uno que llegue sin desayuno además tenga que pensar en el trabajo que tenga que hacer después de clases. Es por eso que yo encuentro que un docente debe adecuarse a la realidad que enfrenta en la sala de clases, y a partir de este enseñar.
Con respecto a los otros enfoques, el socio critico me encantaría llevarlo acabo por que encuentra que nuestra asignatura debe despertar cierta duda del por qué de las cosas.
Con respecto a los otros enfoques, el socio critico me encantaría llevarlo acabo por que encuentra que nuestra asignatura debe despertar cierta duda del por qué de las cosas.