sábado, 25 de agosto de 2007

“Dime como evalúas y te diré qué tipo de profesional y de persona eres”.

Durante la primera mitad del siglo XX y hasta la década de los 60, la función de la evaluación fue la de comprobar los resultados del aprendizaje. Ya se tratase en términos del rendimiento académico o del cumplimiento de los objetivos propuestos.
Las insuficiencias de esta posición se hicieron sentir agudamente, con el auge de la evaluación de programas y de instituciones educativas, en las décadas del 60 y el 70. Se abre un espacio para cuestionarse las metas:

"Las metas propuestas pueden ser inmorales, poco realistas, no representativas de las necesidades de los consumidores o demasiado limitadas como para prever efectos secundarios posiblemente cruciales" (Stufflebeam, 1985).



La realidad que viven los alumnos de nuestro país es deprimente, ellos son culpados por los malos resultados de las pruebas de evaluación, ¿Pero será esta la mejor forma de evaluar el conocimiento?, ¿Estará bien orientada las diferentes pruebas a los estratos sociales que tiene nuestro país? Son muchas interrogantes que existen al enfrentar este problema, pero son muy pocas las soluciones que se tienen.
La importancia de este texto es reflejar los errores que se efectúan en una sala de clases, y de cómo nosotros podemos reconocerlos y evitarlos.

Frente al análisis del texto puede rescatar las siguientes funciones que fueron las que mas me llamaron la atención:


-Las funciones sociales: que tienen que ver con la certificación del saber, la acreditación, la selección, la promoción. Los títulos que otorgan las instituciones educativas, a partir de resultados de la evaluación, se les atribuye socialmente la cualidad de simbolizar la posesión del saber y la competencia, en función de los valores dominantes en cada sociedad y momento. Una sociedad meritrocrática reclama que sus individuos e instituciones se ordenen por su aproximación a la "excelencia". A mayor cercanía, mayor mérito individual. A mayor cantidad o nivel de los títulos que logra una persona, más vale socialmente.

“Si se llevan a un extremo, estas funciones de la evaluación que la sociedad ha acuñado como legítimas, pueden tener interesantes implicaciones personales, institucionales, sociales. Un título puede ser una "patente de corso" para personas no necesariamente competentes, puesto que los títulos garantizan formalmente el saber, no pueden asegurar que sea cierta tal garantía. En otros casos la persona es competente para las tareas que desempeña, pero no posee el título acreditativo, y cae bajo sospecha. También puede ocurrir con las instituciones. Boudieu (1988, pág. 22)”

En algunas familias el nivel de exigencias es demasiado alto, por ende los alumnos atemorizados tratan de subir sus notas y es así como buscan cualquier medio para subir o mantener sus calificaciones incluso utilizan la copia durante las evaluaciones. Mas la presión del profesor, y de la sociedad en si, hace mas difícil el entendimiento del contenido. Donde estos actores exigen que el individuo inserte dentro de esta sociedad, ojala siendo este un profesional.

-Función de control: Esta es una de las funciones relativamente oculta de la evaluación. Oculta en su relación con los fines o propósitos declarados, pero evidente a la observación y análisis de la realidad educativa. Por la significación social que se le confiere a los resultados de la evaluación y sus implicaciones en la vida de los educandos, la evaluación es un instrumento potente para ejercer el poder y la autoridad de unos sobre otros, del evaluador sobre los evaluados.
En el ámbito educativo tradicional el poder de control de los profesores se potencia por las relaciones asimétricas en cuanto a la toma de decisiones, la definición de lo que es normal, adecuado, relevante, bueno, excelente, respecto al comportamiento de los estudiantes, a los resultados de su aprendizaje, a los contenidos a aprender, a las formas de comprobar y mostrar el aprendizaje, al tiempo y condiciones del aprendizaje.

Esto me hace recordar actitudes de ciertos profesores que me hicieron clase en la enseñanza media, utilizaban este medio para mantener el orden en la sala. Es por esto que no estoy de acuerdo con esta función es una mala forma de evaluar al regirse por el poder, hay diferentes maneras para mantener el orden en la sala y así crear un ambiente prodigio para el aprendizaje. ¿Pero hoy en día, estos profesores seguirán utilizando este tipo de control?, siendo que los adolescentes con suerte estudian para el cuatro. ¿De que manera incentivaran a estos alumnos a estudiar?

-Funciones pedagógicas: Bajo este rubro se sitúan diversas y constructivas funciones de la evaluación que, aunque tratadas con diferentes denominaciones por diversos autores, coinciden en lo fundamental respecto a sus significados. Entre ellas se nombran las funciones: orientadora, de diagnóstico, de pronóstico, creadora del ambiente escolar, de afianzamiento del aprendizaje, de recurso para la individualización, de retroalimentación, de motivación, de preparación de los estudiantes para la vida.

Este tipo de función no se sitúa en todos los contextos, debido a que un alumno del sector rural no va a tener el mismo objetivo de estudio al compararlo con uno del sector urbano, su motivación va hacer distinta, por lo cual el docente debe emplear diferentes funciones pedagógicas para mejorar el interés del alumno hacia el nuevo conocimiento. Es aquí donde el docente debe dar práctica a sus conocimientos.

El texto me pareció una buena manera de insertarnos en la realidad de este problema, la solución no esta clara, pero eso queda para cada uno de los futuros evaluadores que seremos en este sistema educacional. Ojala que cuando salgamos a emprender nuestra labor recordemos aquellos anecdóticos momentos que nos hicieron pasar nuestros profesores, para que no caigamos en el mismo ciclo, y no causemos los mismos daños que algunos de nosotros nos afecta, hasta el día de hoy.